miércoles, 18 de mayo de 2011

RETURN.

Bailame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto. Sácame de quicio. Hazme sufrir. Ponme a secar como un trapo mojado. Lléname de vida. Líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora. No me arrastres, no me asustes. Vete lejos, pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Toca mis ojos. Nota la textura del calor. ¿Por cuánto te vendes? Píllate los dedos. Deja que te invite a un café, caliente, claro. Y sin azúcar... sin aliento.




Bueno bloggers, he estado una temporada muuuy desaparecida pero ya he vuelto a estos mundillos. Como veis he hecho algunos cambios en el blog, ya sabeis: "La primavera tu blog altera". ¿Qué os parece?¿Os gusta más así o como lo tenía antes?
Me despido bloggers, un besito!


                                                          Raquel.

martes, 3 de mayo de 2011

Yo le quiero por muchas más razones que vosotras.

Me saca de quicio, tanto que no te lo podrías ni imaginar. Pero después siempre lo arregla todo con un: "Era broma, princesa", y un beso de los que él solo da. Le gusta reirse de mis celos y tomarme el pelo, pero te prometo que nadie mejor que él sabe sacarme una sonrisa. Que venga, me abrace y me diga que soy lo que más quiere, más que a ninguna otra en el mundo. Y entonces yo caigo rendida a sus pies una vez más. Y puede que no haya ninguno más chulo que él en cientos de kilómetros a la redonda, puede que catee y que sea un chico malo, muy malo. Pero le quiero, le quiero porque solo él es capaz de cualquier cosa para verme feliz. Solo el me despierta con conquisllas y miles de sonrisas. Solo él, solo él, solo él. Pero lo mejor de todo, y lo que más me gusta, es que es mío, únicamente mío, y que lo es para siempre.



                                                                  Raquel.

lunes, 2 de mayo de 2011

Lucha es igual a recompensa.

Lo que intento decirte, es que entiendo lo que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad. Lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías. Y da igual cuantas veces te cambies de peinado, a cuantos gimnasios te apuntes o cuantos vasos de champán te tomes con las amigas, porque sigues acostandote todas las noches repasando todos los detalles y preguntandote lo que hiciste mal o lo que pudiste malinterpretar. Y como puñetas en ese breve instante pudiste pensar que eras tan feliz, a veces incluso logras convencerte de que él verá la luz y se presentará en tu puerta. Y después de todo eso, y aunque esa situación dure mucho tiempo, vas a un lugar nuevo, y conoces a gente que te hace recuperar tu amor propio. Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo. Y toda esa época de lucha, esos años de tu vida que has malgastado, empiezan por fin a desvanecerse.



                                
                                                      Raquel.