martes, 22 de febrero de 2011

Nothing's impossible.

La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios, para llegar a ser, o a suceder. Y define improbable como algo imberosimil, que no se funda en una razón prudente. Puestos a escojer, a mi me gusta mas la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo. La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la ética.
-Que David ganara a Goliat, era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió.  Que los ''varon rojo'' volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal, desbancando del número 1 a Federer. Una periodista convertida en princesa. El 12-1 contra Malta.
El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, esque puede pasar.

Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

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